“Tú eres la compañía más leal, más duradera y más veraz que he tenido en mi vida. Las otras, antes o después, han vuelto la mirada hacia sus cosas. Acaso tú también: lo que sucede es que yo formo parte de sus cosas. Juntos hemos gozado y padecido muertes, vidas, destierros. Entre tú y yo no hubo nunca una historia explícita de amor; sin embargo, tú has asistido, cuidadosa y a la distancia justa, a todas mis historias de amor, de desamor y de trabajo…”
La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.